Suele pasar, la vida no es sencilla. Para muchos de nosotros está llena de retos, dificultades y problemas de los que no sabemos cómo salir, tenemos miedo y vivimos angustiados. Lo he visto más de lo que te imaginas.
A menudo me escriben nuestros lectores. Recibo frases que me hacen reflexionar, abrazarlos con mi cariño y orar por ellos.
«Ya no puedo más».
«Por favor dígame qué puedo hacer».
«No sé cómo enfrentar mis problemas personales, me sobrepasan».
«Mi vida es un sufrimiento constante».
Siento tanta empatía… Me duele ver que hay personas, amadas infinitamente por Dios, cuyas vidas son tan difíciles. Quisiera abrazarlas más con cada palabra, cada gesto y decirles que todo eso pasará y van a estar bien.
¿Qué hacer?
2 cosas fundamentales
Lo he pensado mucho y por mi experiencia he llegado a esta conclusión: Necesitamos dos cosas fundamentales: oraciones, que oren por nosotros y actuar con coraje y determinación para salir adelante.
Busca también ayuda fuera de ti
Ahora pasemos a lo que debemos y podemos hacer por nuestra cuenta.
Si lo necesitas, busca ayuda profesional o un director espiritual que te oriente y guíe por el camino de santidad.
Las cargas son muy pesadas para llevarlas solos. Apóyate en tu familia.
Hay algo que suelo recomendar con insistencia. Los que me escriben lo saben bien. Y es porque he visto sus incontables frutos. Estoy convencido que ayuda y muchísimo. Es tan sencillo y está a tu alcance. Ir a la Iglesia.