La distimia es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por una sensación constante de tristeza y desesperanza que dura al menos dos años. A diferencia de la depresión mayor, los síntomas de la distimia son menos intensos, pero su duración prolongada puede afectar significativamente la calidad de vida de las personas que lo experimentan.
Las personas con distimia a menudo tienen problemas para disfrutar de las cosas que antes les gustaban, pueden sentirse cansadas o sin energía, tener problemas para dormir o dormir demasiado, tener dificultades para concentrarse o tomar decisiones, y sentirse pesimistas acerca del futuro. También pueden experimentar cambios en el apetito o el peso, sentirse irritables o frustrados y tener problemas para relacionarse con los demás.
La causa exacta de la distimia no se conoce, pero se cree que factores genéticos, ambientales y psicológicos pueden contribuir a su desarrollo. Las personas que han experimentado eventos estresantes en la vida, como la pérdida de un ser querido, un divorcio o un cambio de trabajo, pueden estar en mayor riesgo de desarrollar distimia.
La distimia a menudo se diagnostica cuando los síntomas han estado presentes durante al menos dos años. Si bien el tratamiento puede ser eficaz, muchas personas con distimia no buscan ayuda debido a la naturaleza crónica y «de bajo nivel» de los síntomas. Sin embargo, el tratamiento puede mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con distimia y reducir el riesgo de que se desarrollen otros problemas de salud mental, como la depresión mayor.
Los tratamientos para la distimia pueden incluir la terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual, que puede ayudar a las personas a cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos, así como la medicación antidepresiva. La combinación de ambos tratamientos puede ser particularmente efectiva.
Si usted cree que puede estar experimentando distimia, es importante buscar ayuda profesional. Un psicólogo o un psiquiatra puede evaluar sus síntomas y recomendar un plan de tratamiento que sea adecuado para usted. Con el tratamiento adecuado, es posible manejar la distimia y mejorar la calidad de vida.
